Menu

domingo, 4 de agosto de 2013

No me gusta cocinar...

Nunca me ha gustado cocinar. Me refiero a preparar la comida de todos los días. Todo el esfuerzo que hago (pensar el menú, comprar los ingredientes, cocinar, poner la cocina perdida, limpiarlo todo...) ¡desaparece en pocos minutos!
En cambio, el postre es otra cosa, y si es algo dulce mejor. Cuando llegamos a la parte dulce ya no solemos tener hambre, se come más despacio, a veces mientras tomamos café y charlamos tranquilamente... Dura más. Es como la guinda del pastel (nunca mejor dicho).

Siempre me ha gustado la repostería, pero desde hace unos meses es como una obsesión. Leo todo lo que cae en mis manos que tenga que ver con tartas, muffins, cupcakes, cake-pops, etc. Devoro blogs de repostería, grabo programas de televisión... Y luego, claro, tengo que probar las recetas.
Aun así, no hago todas las que me gustaría por dos razones: me falta tiempo y gente que se coma lo que horneo.

A partir de hoy voy a intentar contar aquí lo que voy haciendo, más que nada para no seguir dando la lata a mis amigos, familiares y compañeros de trabajo, que cada vez que hago algo les mando un Whatsapp, y ya están de mi hasta el gorro.

Ahora voy con la primera receta.
Esta mañana me he despertado a las 6:00 y no podía dormir, así que he aprovechado la tranquilidad que reinaba en casa para hacer unas galletas que le había prometido a mi maridín. Las galletas María de toda la vida.
El otro día quiso comprar y no le dejé. ¡Esas te las hago yo!
La receta es una mezcla de varias que he encontrado por Internet:

Ingredientes:
- 375 grs. de harina
- 100 grs. de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 grs. de azúcar blanco
- 50 grs. de azúcar moreno
- 1 huevo grande
- 1/2 cucharadita de levadura en polvo (tipo Royal)

Precalentamos el horno a 180º.
Se mezcla bien la mantequilla con el azúcar. Se le añade el huevo y se vuelve a mezclar.
En un bol se tamiza la harina con la levadura y se va añadiendo poco a poco a la mezcla anterior.
Extendemos la masa y cortamos las galletas con un cortapastas redondo (o el que más nos guste).
Horneamos las galletas unos 12 minutos o hasta que estén doraditas. Las pasamos a una rejilla para que se enfríen y ¡a comer!

galletas maria
 
 
(Como veis están dedicadas...)